Vivimos en una sociedad mediatizada, donde a los niños y adolescentes están recibiendo cada día mensajes llenos de emociones, muchos de ellos que no alcanzan a entender en profundidad. Al igual que su entorno educativo y familiar, les influye poderosamente impregnando su conducta y aprendizaje. En muchas ocasiones, repercuten de una manera positiva, otras difiere en su crecimiento, afectándoles a nivel emocional y social, tejiendo un adulto que no sabe gestionar sus emociones.
La tristeza, la rabia, el miedo o la alegría son sentimientos que, aunque aparentemente son básicos, no aprendemos a identificar correctamente, a gestionarlos en el lugar de trabajo, en nuestra comunidad de vecinos, en nuestra familia. El equilibrio emocional, esencial para el desarrollo del niño, debe educarse si queremos conseguir que los chicos tengan una vida lo más plena posible.
Por esta razón en Ed. Infantil están poniendo mucho énfasis en la educación emocional ya que los primeros años son los más importantes para asentar las bases de la persona que serán en el futuro y de la que dependerá en gran medida las acciones y decisiones que como adulto tomen, acercándolos o no a la felicidad.
Las profesoras de niños de 2 a 5 años han forjado un precioso proyecto en el que los niños desarrollan la inteligencia emocional. Éste plantea, a través del juego y el arte, un trabajo transversal en que los niños desarrollen su capacidad emocional a lo largo de todo el curso. Para comenzar, han planteado actividades distintas que permiten a los chicos intensificar y clasificar cuales son sus emociones. Como herramienta fundamental el cuento, el teatro y las artes plásticas. Como medio socializador de comunicación, la asamblea.
A través de tres actividades que ahora os presentamos los niños aprenden a gestionar las emociones a través de una actividad cotidiana y que, al convertirse en rutina diaria, se integra de una manera natural, como algo necesario y vital en sus vidas.
Fundación Botín
Además tenemos la suerte de que este proyecto de Ed.Emocional viene apoyado por «El Mago de la palabra», un programa de la Fundación Botín a través del cual los niños a partir de cuatro años aprenden a identificar las emociones a través de la lectura.
En este programa, que se realiza durante todo el año, los niños, animados, a través de talleres y audiovisuales, por El Mago de la palabra, visitan el rincón de la biblioteca donde encuentran cuentos elegidos por su valor emocional. Escogen el que desean y tras leerlo junto a sus familias, describen la emoción principal que han sentido. Finalmente colocan dicha emoción en un espacio dedicado del aula dónde las reflejan y comparten cada semana.
2 años
El trabajo que se realiza en 2 años se inician viene centrado en dos rincones de emociones donde se trabajan las emociones básicas como la tristeza o la alegría: las islas de los mimos y de los disgustos. En función de las emociones que sientan o aprendan los niños se desplazan a cada uno de ellos. También se comienza a introducir emociones más complejas como, por ejemplo, la sorpresa, a través de animaciones visuales adecuadas a su edad.
3 y 4 años
En 3 y 4 años se está trabajando la resolución de conflictos a través de juegos y dinámicas activas que tienen como objetivo hacerles conscientes de que el enfado y la reconciliación, además de ser una acción natural a estas edades, son una oportunidad para mejorar las habilidades sociales. De esta manera, se mejora la gestión y la aceptación de las emociones y se previene que los niños resuelvan los conflictos a través de la violencia.
En 3 años, para complementar este trabajo, se está reforzando es la autoestima a través de diferentes dinámicas en la que los alumnos descubren e identifican su cualidades y virtudes, tanto físicas como intelectuales o afectivas.
En 4 años se está poniendo hincapié en el valor de la sinceridad a través de «una máquina de lavar mentiras» en donde encuentran el valor de contar la verdad.
5 años
En 5 años, el trabajo se centra en el refuerzo de la autoestima, la autonomía y la responsabilidad. A través de audiovisuales como el cuento «Las 3 mellizas» o el teatro de títeres de «El hada menta«, los niños fortalecen su autoestima resaltando todo aquellos que son capaces de hacer, reflexionamos acerca de los derechos y obligaciones que tienen como niños. Además, realizan un mural con una lista de responsabilidades que nos ayudan a hacernos mayores.