«Cuando mi calabaza guiñó un ojo…» Los alumnos de Educación Secundaria y Bachillerato han puesto a prueba su creatividad literaria participando en el primer concurso escolar de microrrelatos de Halloween organizado por el departamento de Lengua y Literatura.
Un concurso abierto a todos los curso de Educación Secundaria y Bachillerato y dividido en tres categorías: de 11 a 13 años, de 13 a 16 años y de 16 a 18 años. Cien palabras para sacar a relucir la creatividad más terrorífica del curso escolar a través de la literatura. Un concurso que ha contado con la votación de toda la comunidad educativa quienes han seleccionado los tres relatos ganadores:
Microrrelatos ganadores de 11 a 13 años
Nuestra historia comienza en un pueblo de Inglaterra cerca del cementerio de Kensal Green el día de Halloween. Un grupo de niños para vacilar se atrevieron a entrar dentro del cementerio y acercarse a la tumba más antigua del cementerio, que decían que estaba maldita. Dos de ellos se quedaron a esperarlos porque no querían entrar, los demás entraron. después de unos cuantos minutos no apareció nadie esperaron mas pero ya era tarde y se tenían que ir a casa. Al día siguiente no estaban de hecho nadie se acordaba de ellos menos los dos niños que esperaron esa noche.
Érase una vez en un pueblo un niño llamado Myke al que le gustaba mucho pasear por el campo con su padres entonces un día le pregunto a su padre `Papá podemos y al campo hoy por la noche’ A lo que el padre respondió ‘No Myke hoy no puedo estoy super liado con el trabajo ves tu solo si te apetece’ Myke pensó al respecto y decidió ir lo que él no sabía es que a su mejor amigo Yorchs también le gustaba ir y en el campo se lo encontró ahí tirado muerto y detrás de él una persona enmascarada con un cuchillo Myke corriendo se fue a su casa a contárselo a sus padres una vez que entro en su casa el asesino entró con él y los mato a todos y de hay entonces< nadie entra a ese bosque y lo llaman el bosque del asesino.
Microrrelatos ganadores de 13 a 16 años
No puedo respirar… me falta el aire… siento una gran presión en el pecho, si sigo así moriré. No puedo moverme, me siento atrapada, mi corazón se está acelerando, estoy encerrada en algún sitio. Sudo mucho y la sensación de claustrofobia está invadiendo mi mente… no puedo pensar con claridad. Hay unas paredes a mi alrededor, arriba… abajo… Tengo una sensación de desorientación… ya casi no hay oxígeno… siento como si estuviera bajo tierra, donde los muertos descansan.
Canibalismo en el colegio
Érase una vez un Halloween, un grupo de alumnos dejó su clase de matemáticas y decidió explorar el baño abandonado, ya sabiendo que estaba embrujado. Sacaron sus teléfonos móviles para encender sus linternas pero… sus baterías estaban agotadas. Empezaron a asustarse y, al escuchar la voz de Rosa, subieron de puntillas las escaleras para averiguar qué estaba pasando. Al subir, abrieron la puerta y Rosa apareció en la ventana, se dio la vuelta, dijo “correr” y saltó. Decidieron bajar corriendo. Cuando llegaron, había mucha sangre en el suelo pero Rosa había desaparecido. Había otro rastro de sangre, y aunque tenían miedo, los alumnos lo siguieron, esperando encontrar a Rosa. Finalmente, lo que descubrieron era una horda de profesores con las manos amputadas que les rodeó y les impidió salir para pedir ayuda.
Microrrelatos ganadores de 16 a 18 años
Oscura
Llorando frío y escupiendo rojo, oía a las lechuzas cantar de fondo; y tan pronto como le vi, la oscuridad en humo, y el granate en polvo. Sus azabaches plumas se extendieron, y su metal erguido brillo el que menos.
Encontré un espejo entre tanto negro, encontré un serafín cumpliendo un deseo; ese no era yo, era el, ocupando mi cuerpo, con su sonrisa me destruía, pudriendo con su mirada mis pupilas.
Negra sangre de mi cuerpo brotaba, y ojos blancos a su paso dejaba; cuerda tensada tintada de rojo, y mi sonrisa aún colgando después de todo.